Domingo Tormo, para mí cariñosamente como “Abuelo”
Abuelo, aún recuerdo el día que te conocí, me cogiste de la mano y mientras pronunciabas mi nombre me dabas la bienvenida a tu vida y a tu hogar.
Que paradoja, me acababas de conocer y ya me brindabas la oportunidad de disfrutarte.
¿Quién no ha vivido algo así con Domingo?
Su casa siempre ha sido casa de muchos, casa de todos, su entrega a los demás sin pedir nada a cambio.
El Abuelo siempre ha sido persona de regalar, regalaba cualquier cosa emocional que tuviese cerca, una sonrisa, una anécdota que te hacía reflexionar sobre la vida o sobre uno mismo o simplemente un abrazo que te reconfortaba por muy mal que estuvieses.
Abuelo, gracias, gracias por cada uno de tus consejos, por todo ese amor incondicional que compartiste con nosotros.
Gracias por tu sabiduría y por tus ganas de avanzar y de ser mejor persona.
Has sido y serás “Mi libro preferido”.Cada página de tu vida tiene una enseñanza, Vivir, amar pero sobre todo con un sabio consejo ¡Hazlo ahora!
Solo te pido una cosa, siéntete libre allá donde estés y siéntete orgulloso de lo que sembraste porque tú alma y tú ser siempre brillarán entre nosotros.
Te queremos!!!
Virginia Leal.
